martes, 30 de junio de 2009

Como dice la canción: No quiero soñar mil veces las mismas cosas

De acuerdo a www.calculatorcenter.com tengo 28 años, o 10.395 días, 249.490 horas. La página también saca los minutos y los segundos pero incurriría en una imprecisión imperdonable desde que toma un tiempo impredeterminable escribir el articulo, y ya saben como me molestan las cifras imprecisas. Igual que me molesta que midan una distancia en campos de fútbol o en términos de la distancia hasta la luna. Nos quebramos el lomo tratando de que el mundo use el metro, el kilo y el segundo y los patanes de Discovery y NatGeo dicen que una cosa mide tantos campos de fútbol, o el equivalente a n-mil bombas de helio de un parque de diversiones, o tantas veces la altura de la estatua de la libertad. n veces la estatua de la libertad???? es decir, el gringo promedio no sabe cuanto son 80,5 m pero si sabe cuanto mide la estatua de la libertad? bueno eso es otra historia además por que se que tengo detractores severos (y bastante letrados) de mi teoría que ha sido ampliamente discutida en todos los niveles de alicoramiento posible e incluso en escenarios multinacionales

La cifra interesante son los 10.395 días, de la cual se infiere que he pasado 10394 noches en este planeta.

El dato es también interesante por que confirma que son son 10.394 sueños peyes que he tenido. Sueño indefectiblemente todos los días, aunque aveces no me acuerde muy bien. No tengo registro de haber soñado ganarme el baloto, ni tener una casa en la costa azul, ni estar en una fiesta con Hugh Heffner, o un viaje por la polinesia y Oceanía (como dice Denny Crane: "you gotta love a city that calls itself Bangkok, make you ambassador").

Mucho menos he soñado dormido el sueño que despiertos compartimos mi Papá y yo con tanto anhelo: que un día suene el teléfono y sea un gerente (mejor si fuera vicepresidente) de un banco (preferiblemente Bancolombia, pero si es otro me sirve) a pedirme una cita para que revisemos en que vamos a invertir mi fortuna. No sueño con el cómo y el cuando de la fortuna (la verdad un poquito, pero no mucho) pero el sueño ambicioso es ver el desfile de llamadas de los Bancos, las firmas comisionistas de bolsa, las bancas de inversión, etc. pidiéndome citas y matándose entre ellos por manejar mi portafolio, y decirles a todos que me llamen después, que me manden los estados de resultados, las declaraciones de renta, las calificaciones de Duff and Phelps, los flujos de caja para ver si si son solventes, etc.

Cualquiera (incluso mas gente de la que uno cree) puede decir que hay muchos libros sobre los sueños y como interpretarlos y que quieren decir y no se que mas BS. Pero estoy seguro que ninguno especifica que significa soñar que uno esta en un horno tratando de volverse transofrmer y que el proceso queda a la mitad y uno sigue siendo humano pero tiene latas debajo de la piel. Tampoco especifican que significa sentirse en otro país y que uno se vaya a devolver para Colombia y que uno no es capaz de caminar por que le pesan las piernas y depronto no se puede mover y se queda amarrado al piso.

Mucho menos el sueño que va en la parte mas alta de la campana de distribución de frecuencia de sueños. Un sueño al que ya francamente le perdí la cuenta de cuantas veces he tenido y es que por algún motivo puedo volar y lentamente pierdo la capacidad de volar hasta que aterrizo y por mas que trato de volver a volar ya no lo logro. Este sueño viene en la mas amplia variedad de versiones: en versión superman, versión aeromodelo, versión astronauta, versión ultraliviano, versión pájaro, globo, en fin, cualquier cosa que pueda volar.

En fin mis sueños dormido son un peye. Los sueños despierto son lo máximo.

No tiene que ver con lo que uno esta pensando cuando se dispone a dormir, por que nunca me he soñado con ser transformer (Cheji los tenia todos en el jardín de Marta Elena Cuartas y yo no tuve. Aunque mis juguetes eran distintos, son los mismos juguetes que aun sigo comprando)

Solo quisiera tener la habilidad de no soñar dormido, por que el que no sueña despierto, esta jodido. Aunque mas jodido es materializarlo.

1 comentario:

  1. Definitivamente el poder de soñar dormido es mucho mas abrumador que el de soñar despiertos, el primero lanza al cuerpo a sentir cosas que la mente jamás verá despierta y el segundo esta teñido de realidades que por más se broten los ojos de hacer fuerza o de noches de insomnio, no se van a materializar. Es por eso que a veces prefiero las 10394 noches más las noches del casi año que nos llevamos de sueños peyes que los sueños despierto. Ejemplo 1: Andres Bonnet un día me contó su recurrente pesadilla de un horizonte negro y de infinitas rallas blancas en forma de perspectiva interminable. Confundido, dormí esos días con exactamente lo mismo... Años después en un carro de Miami a Orlando vi exactamente lo mismo que soñé. Dudo que despierto hubiera logrado recrear la pesadilla y la versión en vida de la pesadilla de otro que se transformaba automáticamente en mi emoción por materializar dos realidades casi incongruentes. Ejemplo 2. Soñar dormido prueba que las versiones de la realidad sobre los sueños dormido no son del todo ciertas. El profesor de Introducción a Antropología decía que nuestro cerebro no podía recrear sonidos al dormir, es decir, nuestros sueños no tienen sonidos como tal, solo la impresión de que los tienen. Aterrorizado comencé a despertarme con estridentes chirridos de metal, ritmos desafinados de tambores, extrañas flautas cósmicas solo de aire y el volumen de este disonante ruido aumentaba en mi cabeza sin ningún tipo de imagen asociada. Desperté jurando que en la 19 con 3 había un concierto de música experimental... Eran las 12am, unos taxis y el imprescindible reciclador. Experimentar físicamente que no todo lo que te enseñan es cierto, no tiene precio. A pesar de ejemplos como estos, concurro en que ello, creo que soñar despierto es algo increíble. Ejemplo 1. En una oscura noche de bus entre San Gil y Bogotá vi una antena de radio, y recordé cuando era chiquito en un viaje de Medellin a Manizales que sintonizamos por 20 minutos a Veracruz desde Santa Barbara, ciertamente distante aun de Manizales y ciertamente improbable de mantener sintonizada la emisora por la razón anterior. En ese viaje de niño, y recreado en ese viaje de adulto, siempre he querido entrar a la antena, conectar mi walkman e irrumpir el sueño del incauto con una aberrante tonada de Jeff Mills, un poema de Borges o un sonido de tormenta eléctrica. Claramente más factible que Bancolombia me llame a consultarme como quiero invertir mi capital. Ejemplo 2. Lamentablemente el irritante tráfico de ciudad de Panamá saca de mi lo que no pensé que tenía, aunado a una remembranza de Mars Attack en donde una canción de Slim Whitman le explota la cabeza a los marcianos, sueño que los cerebros de los conductores de buses queden esparcidos por el parabrisas después de que un reguetonero logre el diabólico beat que libre las calles de Panamá de semejantes peligros a la vida. Claramente, buscar un enfrentamiento entre los sueños dormido y los sueños despierto hace de la realidad consciente un viaje mucho más florido e inmensamente más creativo.
    Abrazos!
    Ser

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