sábado, 11 de julio de 2009

Llegada a Lima

Vaya! No llevo ni una hora en este país y estoy gratamente sorprendido. Parezco un niño en su primer viaje al exterior (empezando por las estupideces que todavía hago empacando). Se les anuncia a los asesores y asesoras en procesos de empaque de maletas que el contrato queda terminante e inmediatamente cancelado. Igual asumo mi porción de mas o menos el 99% de responsabilidad por que yo soy el que viajo.

Si Usted amigo lector se pregunta que hago en la tierra de la “chicha morada” y nación de Abimael Guzman (nunca olvidaré como lo exhibieron como a un animal en pijama de rayas en una jaula) le reporto que vine a un congreso.

Me cuesta creer que Lima tenga todo el año este cielo. Leí que caen al año entre 6 y 10 mm de lluvia al año. Esta cifra deberia bastar, pero como tengo unos amigos a los que les encanta que les den los datos así al estilo Discovery mandando al coño el sistema métrico decimal, les voy a comparar: en el eje cafetero, donde esta La Ermita llueve en promedio por ahí 2300 a 2500 mm del año. Un aguacero duro de una noche pueden ser 130 o 150 mm y hemos tenido aguaceros de 180 mm. Entonces, señor Arboleda, Santander, etc: es más o menos veinticinco veces menos agua de la que cae en el eje cafetero de Colombia. Eso es lo que les gusta, una cifra que lo haga a uno decir wooooaaaaa!!!! Muchas casas se ven incluso sin techo. Cuesta creer que esta gente pase meses enteros sin ver el sol. Me pregunto como influye la falta de sol en el temperamento y en el estado de ánimo de las personas aquí. Debe ser igual a lo que pasa en Bogota, no por falta de luz sino por falta de oxigeno: permanecemos ahogados por la falta de oxigeno de 2600 msnm y por eso los 8 millones de habitantes hacemos lo que sea por sobrevivir, sin importar lo que cueste. Si a usted amigo lector lo hacen correr hasta que le sacan la leche y lo ahogan, no puede esperar nadie que usted lo salude amablemente en un ascensor, o que ceda la vía manejando.

Por otro lado, es particular el peso que tiene la industria del turismo aquí. La cantidad de extranjeros es absurda. No creo que Peru tenga un potencial turístico superior al nuestro. Simplemente la gente no tiene que ponerse un Tena para comprar un tiquete a Colombia. Me ha llamado la atención como el tipo de turismo genera una adaptación particular en cada sitio. Es como una especie de evolución: El aeropuerto de Denver, tiene bandas de equipaje especialmente diseñadas para ski, así que las bolsas con los implementos salen paradas y protegidas. Aquí, en Lima y supongo que en Cusco también, tienen unas cajas especiales para los morrales que se dejan encarrar y cabe el morral sin problema y se acopla en la banda impecablemente.

El impacto del acento tambien me ha hecho reir un poco. Desafortunadamente pertenezco a la generacion que fue educada por la parabolica que solo hablaba de inca cola, chicha morada, el carrito sangullero y la pollada. Cada que me hablan y oigo ese acento creo que voy a oir a Laura Bozzio decir “que pase la esposaaaaaaaaaa!!!!!!!”

Podré pecar por juzgar apresuradamente. Pero el aeropuerto es supremamente organizado, limpio, bonito y bien atendido. Lo que pude ver de la ciudad desde el avión y que podré corroborar el lunes por la tarde, el martes y el miércoles por la mañana es que físicamente se parece mucho a bogota en los suburbios.

Voy a las 13:05 a Cuzco, mañana a Machu Picchu (o como se escriba esa vaina, mañana lo confirmo, perdón Maria Antonia por mi pésimo castellano) y el lunes por la tarde vuelvo a lima. El miércoles de nuevo a bogota, y el jueves estaré de nuevo en Puente aranda, de corbata, oyendo la frase preferida del año:

“el cliente dice que el proyecto quedo para 2010 o 2011…”

No veo la hora…

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